Como artista mi práctica se desarrolla intuitivamente fascinada por lo impredecible y la búsqueda constante de materiales que acompañen mi hacer. La oportunidad de dedicarme al arte surgió a partir de un proceso de desarraigo. Y esta experiencia ha sido fundamental en mi trayectoria artística.

Para mí el arte es un proceso de introspección. En cada obra busco establecer un diálogo profundo con la misma. Considero mis pinturas como performáticas en las cuales camino, pinto parada, en el suelo, sobre la mesa, en la pared, mi cuerpo no tiene punto de vista. Todo se mueve, concepto que tomo desde mi vivencia en el desarraigo. Esta búsqueda en movimiento involucra la investigación de materiales. Me muevo entre acrílicos, óleo pastel, tintas, tizas, lienzo, papel, papel de arroz, papel vegetal y materiales que me convoquen de acuerdo al momento en que este trabajando. . 

Mi pregunta en relación al arte es la materialidad. Existe un diálogo cercano con la naturaleza. El agua, lo botánico, lo marino, las formas orgánicas se repiten y aparecen como si fuera un baile. Mi primer formación en tecnología de los alimentos me proporciona un entendimiento de los procesos en la materia orgánica y convierte cada obra en mi laboratorio de exploración. Este cruce de mundos, junto con mi enfoque en la improvisación, la entrega sin un plan preconcebido y una vida en movimiento, da forma a mi identidad como artista. 

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Mi obra es un viaje, un experiencia constante, una búsqueda incesante dentro mío.